Desde siempre, el hombre ha comprobado cómo los alimentos caducan con el paso del tiempo, a
veces en unas pocas horas o en unos días. Por ello, cuando consiguió encerrar en una lata o
envase de vidrio los alimentos por tiempo indefinido, supo que se había dado un paso
verdaderamente grande para satisfacer una de las principales necesidades de la humanidad, el
hambre.
En Huejotzingo, Puebla es muy común ver este tipo de alimentos tan tradicionales y llenos de colores que pintan el caminar del zócalo de esta ciudad. Ver las diferentes frutas como duraznos, peras, higos
o tejocotes; la gran variedad de chiles y verduras en escabeche. Verlos y hasta observar que son
una verdadera obra de arte envasada en un frasco de vidrio.
Esta es una de las costumbres que se preserva en esta región de Puebla, el proceso de
conservación de estos alimentos comenzó en la cocina del convento franciscano y la receta se ha
conservado de generación en generación; actualmente la tradición de elaborar artesanalmente
cada fruta de esta región es un orgullo para los productores y sus familias.
Aunque al presente día se hace este tipo de alimentos hoy de una forma un poco más
industrializada; para hacer que estos sabores se conserven, hay un paso del proceso el cual nunca
ha variado y es el envasado de la fruta; en el cual manos expertas y agiles se entornan alrededor
de la mesa y acomodan la fruta para dar la mejor presentación posible, llevando así parte la
esencia del trabajo manual y artesanal de una de las tantas personas que participan en la
elaboración del producto.
Resulta muy curioso que hoy día el hacer la cerveza e innovar con la sidra no sería nada
importante personalmente, si no se toma en cuenta el hecho de hablar de la conserva. Incluso hoy
en familia al tener visitas o alguna reunión familiar es grato al final de la comida abrir un frasco de
frutas en almíbar, tomar sidra compartir la plática y sentirse pleno con esas personas que
apreciamos y definitivamente estará por seguro que cuando alguien de la familia llegue a fallecer
aparecerá en la ofrenda con mucho cariño un frasco de duraznos en almíbar con su vaso de sidra.
Eryjamez
veces en unas pocas horas o en unos días. Por ello, cuando consiguió encerrar en una lata o
envase de vidrio los alimentos por tiempo indefinido, supo que se había dado un paso
verdaderamente grande para satisfacer una de las principales necesidades de la humanidad, el
hambre.
En Huejotzingo, Puebla es muy común ver este tipo de alimentos tan tradicionales y llenos de colores que pintan el caminar del zócalo de esta ciudad. Ver las diferentes frutas como duraznos, peras, higoso tejocotes; la gran variedad de chiles y verduras en escabeche. Verlos y hasta observar que son
una verdadera obra de arte envasada en un frasco de vidrio.
Esta es una de las costumbres que se preserva en esta región de Puebla, el proceso de
conservación de estos alimentos comenzó en la cocina del convento franciscano y la receta se ha
conservado de generación en generación; actualmente la tradición de elaborar artesanalmente
cada fruta de esta región es un orgullo para los productores y sus familias.
Aunque al presente día se hace este tipo de alimentos hoy de una forma un poco más
industrializada; para hacer que estos sabores se conserven, hay un paso del proceso el cual nunca
ha variado y es el envasado de la fruta; en el cual manos expertas y agiles se entornan alrededor
de la mesa y acomodan la fruta para dar la mejor presentación posible, llevando así parte la
esencia del trabajo manual y artesanal de una de las tantas personas que participan en la
elaboración del producto.
Resulta muy curioso que hoy día el hacer la cerveza e innovar con la sidra no sería nada
importante personalmente, si no se toma en cuenta el hecho de hablar de la conserva. Incluso hoy
en familia al tener visitas o alguna reunión familiar es grato al final de la comida abrir un frasco de
frutas en almíbar, tomar sidra compartir la plática y sentirse pleno con esas personas que
apreciamos y definitivamente estará por seguro que cuando alguien de la familia llegue a fallecer
aparecerá en la ofrenda con mucho cariño un frasco de duraznos en almíbar con su vaso de sidra.
Eryjamez


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